Definitivamente no era usual a inicios del siglo pasado. De hecho, aún no lo es tanto.
Las mujeres que practican el deporte de acrobacia en motocicleta llaman la atención, tanto por sus habilidades como por sus atributos físicos –a juzgar por la iconografía–, pero aún no se cuentan en números altos.
Y si bien siguen siendo audaces, en cierta forma ya no son tan atrevidas como en el pasado.
Efectivamente, en una época en la que hasta ser actriz magullaba la reputación, una mujer montada en una motocicleta y encima haciendo acrobacias en espectáculos públicos no era particularmente bien vista.
Lo cual no significa que no hubo pioneras que desfiaron las convenciones desde muy poco después de que el alemán German Gottlieb Daimler inventara la primera motocicleta con motor de combustión en 1885.
"La pequeña holandesa", como le decían a Margaret Gast, no le tuvo miedo a los fenomenalmente peligrosos motódromos, que ahora se conocen como Muro de la Muerte, unas pistas de madera en forma de barril en el que los corredores alcanzan altas velocidades para mantenerse en las imposibles paredes valiéndose de la fricción y la fuerza centrífuga.
Poco después, en los años 20, Lilian La France era "La chica que coquetea con la muerte" en un motódromo itinerante porque, según dijo, "la emoción de arriesgar mi vida" la llevó a hacerlo, así como el que "desde niña tuve un espíritu viajero".
Un anuncio en un diario en 1949 fue lo que atrajo al deporte a una de las más grandes acróbatas de la historia: "La señorita Cookie: la reina de los temerarios".
"Oportunidad de viajar con un espectáculo y aprender una profesión emocionante y bien remunerada. Le enseñaremos a una chica amable, con temple y coraje a ser una conductora de moto de exposición en un motódromo", decía el clasificado.
A Cookie Ayers-Crum le sonó divertido y poco después estaba montada en una moto, sin casco, haciendo acrobacias y dando vueltas en el motódromo.
Los 70s y las Motobirds
Fue también un anuncio clasificado en el diario Leicester Mercury el que atrajo a las chicas del primer grupo de acróbatas en moto totalmente femenino del Reino Unido: lasMotobirds.
"No requiere experiencia" decía el llamado a jóvenes para montar motocicletas al que respondió Mary Connors en 1972.
El anuncio había sido publicado por el entrenador de un equipo masculino de acróbatas en moto después de que una mujer se unió a ellos y quedó tan impresionado que quiso formar un grupo totalmente femenino.
"Yo tenía un empleo estable y aburrido cuando vi el clasificado. La verdad es quepensé que el trabajo sería repartir pizzas", contó Mary Connors, ahora Weston-Webb, hace unos días, cuando la BBC reunió a varios miembros del grupo 40 años después de que se separaron.
Pero, por supuesto, no tenía nada que ver con pizzas: se trataba de realizar acrobacias que desafiaban la muerte, armadas con no mucho más que un bikini y una minifalda.
Saltaban en sus motos contra paneles de vidrio, entre el fuego, sobre obstáculos sin cascos, ni protectores de ninguna clase.
Como las chicas nunca habían manejado una moto, les dieron un entrenamiento rudimentario y en cuestión de semanas ya estaban dando espectáculos en todo el país.
Su éxito fue enorme y a lo largo de los años 70 su reputación creció, atrayendo espectadores de toda Europa.
Pronto empezaron a incluir otros actos en el show, y uno en particular quedó grabado en la memoria de Mary Weston-Webb.
La idea era saltar un río usando diferentes técnicas. Una y otra vez trataron y fallaron.
En el último intento, Mary Weston-Webb fue disparada con una catapulta y logró llegar a la orilla opuesta del río... pero al caer en la red, rebotó y, nuevamente, ¡al agua patos!
Las Motobirds se fueron separando y perdieron contacto.
Todos estos años después, Mary Weston-Webb le ayudó a la BBC a ubicarla a sus antiguas amigas del grupo y juntas vieron un documental filmado en ese entonces.
Una de las seis integrantes de la tropa original, Susan Ralph, comentó:
"Realmente creíamos que nada nos iba a pasar cuando lo hacíamos. No pensabamos en las consecuencias".