Varios cientos de aficionados fueron bastante valientes, aguantando unas
temperaturas que se asomaban justo por encima de 30 grados Fahrenheit en las
afueras del Wells Fargo Center, la casa de los Philadelphia 76ers, la tarde del
sábado.Todos esperaban pacientemente para tomar sus primeros pasos por las
entradas del pabellón para presenciar la rutina que Stephen Curry práctica de
cara al inicio de cada partido.
Siendo esta la primera y única visita a la Ciudad de la Hermandad para el actual Jugador Más Valioso, la multitud dentro del pabellón, que alberga el peor equipo del baloncesto, aumentaba por el minuto mientras algunos reservas de los Golden State Warriors completaban sus preparaciones para el partido inicial de una gira de tres juegos por la costa este de los Estados Unidos – la Gran Manzana y Washington aún esperando por el fenómeno de la Bahía.
Tan pronto que por primera vez pisó dentro de la cancha la afición, que ya había incrementado a unos cuantos miles, varios de ellos separados de la cancha y la línea de banda por una soga amarilla que varios guardias de seguridad tuvieron que soportar, entonces armaron puro caos, locamente tratando de tomar selfies a pesar de que el Todo Estrella del conjunto con el mejor registro de la liga se encontraba enfocado al cien por ciento, bloqueando los buenos deseos de una fanaticada que se ha enloquecido con él. Bienvenido al mundo de Stephen Curry, donde su rutina previo al encuentro programado en cualquier noche del torneo se convierte en un espectáculo de algunos 15 o 20 minutos que solo vale el precio de una admisión separada.
“Se ha convertido en una especie de fenómeno con la forma de su disparo y obviamente su popularidad”, afirmó Shaun Livingston en entrevista con ESPN Digital. “Es lo que es. Él es probablemente el jugador más popular en la liga, si no de todos los deportes. Así que los aficionados quieren venir a ver de lo que se trata”, continuó el armador suplente, que cuenta con la mejor visión de algunos movimientos que Curry trabaja en perfeccionar y otros que se inventa.
Siendo esta la primera y única visita a la Ciudad de la Hermandad para el actual Jugador Más Valioso, la multitud dentro del pabellón, que alberga el peor equipo del baloncesto, aumentaba por el minuto mientras algunos reservas de los Golden State Warriors completaban sus preparaciones para el partido inicial de una gira de tres juegos por la costa este de los Estados Unidos – la Gran Manzana y Washington aún esperando por el fenómeno de la Bahía.
Tan pronto que por primera vez pisó dentro de la cancha la afición, que ya había incrementado a unos cuantos miles, varios de ellos separados de la cancha y la línea de banda por una soga amarilla que varios guardias de seguridad tuvieron que soportar, entonces armaron puro caos, locamente tratando de tomar selfies a pesar de que el Todo Estrella del conjunto con el mejor registro de la liga se encontraba enfocado al cien por ciento, bloqueando los buenos deseos de una fanaticada que se ha enloquecido con él. Bienvenido al mundo de Stephen Curry, donde su rutina previo al encuentro programado en cualquier noche del torneo se convierte en un espectáculo de algunos 15 o 20 minutos que solo vale el precio de una admisión separada.
“Se ha convertido en una especie de fenómeno con la forma de su disparo y obviamente su popularidad”, afirmó Shaun Livingston en entrevista con ESPN Digital. “Es lo que es. Él es probablemente el jugador más popular en la liga, si no de todos los deportes. Así que los aficionados quieren venir a ver de lo que se trata”, continuó el armador suplente, que cuenta con la mejor visión de algunos movimientos que Curry trabaja en perfeccionar y otros que se inventa.