NUEVA YORK — Roberto Osuna tenía 12 años cuando debió
dejar la escuela para trabajar con su padre, recogiendo legumbres. Poco después
se embarcó a Japón para una gira con un equipo de Pequeñas Ligas. Y a los 16 ya
había debutado como profesional en el béisbol mexicano.
El jueves, con 20 años, el derecho podría salir del bullpen de los Azulejos
de Toronto para enfrentar a los Rangers de Texas en la serie divisional de la
Liga Americana.
Quizás sea el momento para se conozca la historia del cerrador de un equipo
que se presenta en la postemporada por primera vez desde 1993, dos años antes de
que naciera en el estado noroccidental de Sinaloa.
Osuna es el primer relevista novato en la historia de las Grandes Ligas que
acumula 66 apariciones en una campaña con menos de 21 años.
Su padre, Roberto, lanzó en la pelota mexicana durante más de dos décadas.
Es el sobrino de Antonio "El Cañón" Osuna, pitcher durante 11 campañas en las
Grandes Ligas.
¿Y cómo se explican las penurias de su niñez al tener que trabajar en el
campo?
Simple. Tras retirarse del béisbol, su padre no había ahorrado
suficiente.
"En la casa, yo era el hermano mayor, hermanos gemelos y una hermana.
Éramos cuatro, con mi madre cinco", contó Osuna en una entrevista con The
Associated Press. "Mi papá era el único que trabajaba, pero no ganaba lo
suficiente para mantenernos".
Además, Osuna padre tenía una familia de 10 hermanos: "Tenía que sostener a
su familia y a nosotros a la misma vez. Cuando él se retiró todavía duramos
cuatro años viviendo bien, seguía manteniendo a dos familias, a sus padres y a
nosotros, pero se empezó a gastar el dinero y entonces tuve que dejar le
escuela, que en realidad no me gustaba. Mi papá me dio la opción de dejar la
escuela y de trabajar las tierras con él para llevar un poco más de dinero a la
casa".
Osuna hijo recuerda esos tiempos cuando se levantaba a las 5 de la mañana
para trabajar en el campo.
"Sacábamos tomate, papa, pepinillo, y todo eso. Regresábamos a las 5 de la
tarde, así por siete meses y medio. Era muy difícil, porque tenía 12 años y no
te pagaban lo suficiente. Lo recuerdo bien claro, trabajando de 5 a 5, pero
ayudaba un poco a la casa".
Una vez que terminaba el trabajo, Osuna llegaba a la casa y a las 7 de la
noche procedía a tirar con su padre.
"Desde los 12 empecé a pitchear, a ser solo pitcher. Pronto me tocó ir de
giras a Japón e Italia, siempre tuve talento desde pequeño y los scouts de
Grandes Ligas empezaron a fijarse en mí", indicó.
Fue así que en 2011 debutó con los Diablos Rojos, el equipo de su padre. No
tardó en firmar luego con los Azulejos, por 1,5 millones de dólares.
Con el dinero le compró una nueva casa a su madre en Los Mochis. También
pagó una cirugía de la próstata a su padre y los estudios de sus hermanos en una
escuela privada.
El ascenso a Osuna a las mayores se complicó cuando debió pasar buena parte
del año pasado recuperándose tras someterse a una cirugía Tommy John.
Llegó a los entrenamientos de primavera en Dunedin, Florida, básicamente
para adquirir experiencia. Acabó ganándose una plaza en el roster principal al
inicio de la temporada regular, dando el salto desde Clase A. Y se mantuvo con
los Azulejos de principio a fin.
"Se siente cómodo en situaciones difíciles, por haber crecido donde
creció", comentó La Troy Hawkins, su compañero de bullpen.
Osuna y Hawkins representan extremos en edad. Hawkins es el pitcher más
veterano de las mayores, Osuna el más precoz. Osuna nació en el año en que
Hawkins debutó en Grandes Ligas.
Luego de ser transferido a los Azulejos a fines de julio en un cambio con
los Rockies, a Hawkins le asignaron un casillero próximo al de Osuna, y se
convirtió en un admirador.
"Tiene muchísimo talento", comentó Hawkins. "Estaba lanzando en la liga
mexicana a los 16 años. Eso ayuda. Ese le permitió estar un paso por delantero
de otros veinteañeros".
"Es su compostura, tiene una presencia y una calma cuando está en la
lomita", añadió José Bautista, el estelar jardinero dominicano de los Azulejos.
"Aunque está muy joven, aparenta ser un jugador más veterano y con más
experiencia de la que tiene. Una de las características más difíciles de
conseguir en los jugadores jóvenes es confiar en su talento, tener esa paz y
tranquilidad cuando está compitiendo y más en las situaciones en que él lanza,
las situaciones más apretadas del juego".
Osuna empezó con funciones de relevista intermedio, pero desde junio quedó
como cerrador fijo. Acumuló 20 salvados, malogrando dos oportunidades. Ha
permitido siete jonrones, pero cuatro de esos fueron tras el 1 de
septiembre.
Pero se declara listo para el desafío de lanzar en octubre. Después de
todo, ha tenido que pasar por experiencias fuertes.
"Fue como cuando me mandaron a Japón, me tocó ir solo. Me gustan los retos.
Para mí, fue algo que no me dio miedo, sólo la tristeza de alejarme de la
familia. Dios es mi escudo. Trato de nunca bajar la guardia, trato de ser
positivo todo el tiempo", dijo Osuna.