CHICAGO (AP) — Uno de los mejores bateadores derechos de su
generación y sin duda uno de los más difíciles de dirigir, Manny Ramírez ha
regresado a los Cachorros... como coach. Nadie sabe bien cuál es su función
exactamente, pero el impacto que está teniendo es enorme, una de las razones del
gran momento de la novena. El dominicano no figura como coach ni en ninguna otra capacidad en el equipo,
que se apresta a jugar la final de la Liga Nacional. Pero casi todos los
bateadores lo consultan regularmente y los jóvenes talentos latinos, sobre todo
estrellas del futuro como Jorge Soler y Javier Báez, lo veneran y lo consideran
una especie de gurú, que los guía en el béisbol y en la vida. "Vea el articulo completo"