¡Dios obrará!
La ruta de comprender una crisis puede parecer larga, pero su duración es un
tiempo perfecto de madurez. Esperar en la mano soberana de Dios es asunto de
confianza, no de tiempo; la verdadera razón de esperar con certeza se basa en
creer en la integridad y puntualidad del Dios que va más allá de nuestro pequeño
mundo e intereses. Es el Alfa y Omega, lo que inicia lo concluye, lo que piensa
lo comparte, lo que dice, lo hace, y lo que toca lo transforma. ¡Dios cumple!
Nunca será demasiado larga la espera cuando tienes bien claro el hecho de que
Dios obrará, y en su momento lo invisible se hará visible. Esperar en Dios no es
la ultima opción, sino la mejor decisión.
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