La historia empezó con una serie de fotos publicadas en la revista española Hola, en mayo de 2013.
En la galería aparece Angélica Rivera, esposa del presidente Enrique Peña Nieto, mientras enseña los detalles de la lujosa mansión donde vivía con su familia.
El equipo de investigación de la periodista Carmen Aristegui investigó el origen de la casa, valuada en unos US$7 millones, y descubrió que pertenecía a uno de los principales contratistas del gobierno.
El caso, conocido como la Casa Blanca de Peña, se convirtió en un escándalo político que afectó la imagen presidencial dentro y fuera de México.
Pero ahora Carmen Aristegui y su equipo fueron despedidos de MVS Noticias, donde transmitían su programa radial cada mañana.
"Este país está viviendo un vendaval autoritario", afirmo Aristegui este lunes en una breve declaración a los medios a las afueras de la sede de MVS.
"Nuestros abogados nos dicen que no tienen derecho a hacer lo que están haciendo (…) nuestros abogados nos dice que esto es un atropello a la libertad de expresión. Este equipo de periodistas está decidido a dar su batalla por la libertad de expresión".
Secuelas de Mexicoleaks
Los periodistas se unieron a la plataforma Mexicoleaks, un espacio de filtraciones para exponer casos de corrupción. La empresa descalificó la alianza y despidió a dos miembros del equipo.
Aristegui demandó su reinstalación, y en respuesta el consorcio dijo que no podía aceptar condicionamientos en su administración y terminó su relación laboral con ella.
En redes sociales como Twitter –donde el tema #EndefensadeAristegui es uno de los más populares- el argumento es distinto:
El despido de los periodistas, señala la mayoría de los mensajes, fue un acto de censura y represalia por sus investigaciones.
Historia de despidos
Carmen Aristegui es una de las periodistas más críticas de México, y por ello ha salido de varios medios de comunicación del país.
En 2008, por ejemplo, no le fue renovado su contrato con W Radio, controlado por Televisa y Grupo Prisa. La periodista argumentó discrepancias editoriales con la empresa, que a su vez dijo que no hubo acuerdo para manejar los tiempos comerciales del programa.
Luego en 2011, ya como parte de MVS, la comunicadora fue despedida por preguntar en su programa si el entonces presidente Felipe Calderón tenía problemas con el consumo de alcohol.
El consorcio dijo que se transgredió su código de ética. Después de varios días de polémica, que incluyeron protestas y críticas en redes sociales, la conductora fue reinstalada.
Un año después, sin embargo, se conocieron detalles de las conversaciones del presidente de MVS, Joaquín Vargas, con funcionarios de la Presidencia de México que exigieron una disculpa pública por los comentarios de Aristegui.
Algo que la periodista no había aceptado.
El caso de ahora
Este nuevo episodio es muy parecido a los anteriores.
Después de la revelación por la Casa Blanca el equipo investigativo de MVS publicó que el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, también había comprado una casa al mismo contratista propietario de la mansión presidencial.
Luego difundieron detalles del asesinato de 22 personas en la comunidad de Tlatlaya, Estado de México, que en un principio se informó que eran un grupo de secuestradores que se enfrentaron con militares.
En realidad, confirmó la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) fueron ejecutados por los soldados.
Aristegui también realizó varios programas sobre el intento de modificar las leyes de transparencia del país, así como las reglas para poner en marcha la reforma en telecomunicaciones que según algunos críticos favorecen a las grandes televisoras.
Pero lo que desató la controversia fue la decisión de sumarse a Mexicoleaks, un espacio independiente para recibir filtraciones anónimas que luego serán investigadas por varios medios y organizaciones de periodistas.
MVS dijo que su marca fue comprometida con esta alianza y despidió al jefe del equipo investigativo, Daniel Lizárraga, y a uno de los reporteros que participarían en la plataforma, Irving Huerta.
Aristegui dijo que era un "conflicto artificial" y demandó la reinstalación de sus compañeros como condición para mantener su espacio, que tiene una de las mayores audiencias en el rubro de programas informativos.
La empresa decidió entonces "terminar la relación de trabajo" con la conductora. "No podemos aceptar condicionamientos ni ultimatos de nuestros colaboradores", indicó en un comunicado.
El consorcio señala, además, que tampoco puede aceptar condiciones de privilegio para el trabajo de la conductora.
Elecciones
Desde el primer momento el caso se convirtió en uno de los más comentados en Twitter, con reacciones de periodistas y organizaciones civiles.
Muchos de los comentarios se refieren al cierre de espacios críticos en los medios de comunicación del país, especialmente ante la cercanía de las elecciones intermedias del 7 de junio.
Algunos han convocado a un boicot masivo a MVS, mientras que una petición en la plataforma Change.org ha reunido más de 166.000 firmas.
Un mensaje del periodista Jorge Ramos, presentador de la cadena Univisión de Estados Unidos, resume el ánimo en las redes sociales:
"Lógica mexicana: Descubren conflicto de EPN, su esposa y Videgaray en compra de casas. ¿A quien despiden? A los periodistas que lo descubren".